...la Biblia de Jerusalén
I Corintios 14, 28-36
28 Si no hay quien interprete, guárdese silencio en la asamblea; hable
cada cual consigo mismo y con Dios.
29 En cuanto a los profetas, hablen dos o tres, y los demás juzguen.
30 Si algún otro que está sentado tiene una revelación, cállese el
primero.
31 Pues podéis profetizar todos por turno para que todos aprendan y
sean exhortados.
32 Los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas,
33 pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz. Como en todas
la Iglesias de los santos,
34 las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido
tomar la palabra antes bien, estén sumisas como también la Ley lo dice.
35 Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en
casa; pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea.
36 ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios? O ¿solamente a
vosotros ha llegado?